Cuando los pacientes me cuentan sus problemas (que llevan sufriendo toda su vida) y luego me preguntan ¿Y cuántas sesiones necesitaré? yo siempre les digo lo mismo: 

-“No lo sé”.

Lo que sí sé es que sentirán mejoría desde la primera sesión. Es una confianza en la terapia que ha sido probada por la experiencia.

Pero ¿Cuántas sesiones más necesitarás para desenredar la madeja de tu sufrimiento, para salir de los laberintos en los que te encuentras? 

Algunas personas vienen buscando milagros y que todo se solucione en pocas sesiones.

Yo creo en los milagros.

Sé que existen, porque he tenido la fortuna de ser testigo de varios, algunos pequeños y otros extraordinarios.

Pero yo no soy la dueña ni la artífice de los milagros ¡qué más quisiera! y por lo tanto no puedo ofrecerlos (aunque estoy abierta a que sucedan).

Lo que sí puedo ofrecer y asegurar es que voy a poner todo lo que sé y todo lo que soy al servicio de la persona que viene a pedirme ayuda.

Y que si la persona se permite ser ayudada y se implica en los procesos del cambio, el cambio se produce. Más pronto o más tarde, se produce.

Es tan necesario como imprescindible para el inicio de las sesiones que el paciente esté dispuesto y comprometido con el proceso terapéutico. Considero a mis pacientes “mis valientes”, porque hay que ser muy valientes para ser capaces de tomar conciencia de aquello que les hace sufrir; hay que ser muy sabios para poder aceptarlo como una realidad de sus vidas; y hay que ser muy proactivo y perseverante para transformar el sufrimiento en caminos de felicidad.